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La ciudad de Ávila posee los títulos de 'Ávila del Rey', otorgado por Alfonso VII; 'Ávila de los Leales', otorgado por Alfonso VIII; y 'Ávila de los Caballeros', otorgado por Alfonso X; todos presentes en la escudo de la ciudad.
El escudo de la ciudad de Ávila es sobre un campo de gules (rojo), se presenta el cimorro de la Catedral, mazonado en su color, por el que asoma un rey niño que esgrime una espada en su mano diestra y una bola del mundo en la siniestra. Todos los títulos de la ciudad (anteriormente referidos) están presentes.
El titulo de 'Ávila del Rey', fue un título concedido por el rey Alfonso VII, ya que parte de su niñez la vivió en la ciudad y esta le protegió en su lucha contra su padrastro Alfonso I El Batallador, Rey de Aragón.
Hacia 1109, Alfonso I, El Batallador contrajo matrimonio con doña Urraca I, madre del futuro Alfonso VII, viuda de Don Raimundo de Borgoña con el que lo había tenido. El Rey de Aragón, le trató de apartar de su herencia al trono de Castilla, en caso de un futuro hijo de él con Doña Urraca. Pero el matrimonio fracasó y doña Urraca fue hecha prisionera, mientras su hijo Alfonso, fue traído a Ávila por Blasco Jimeno, donde le protegieron para preservar la independencia de Castilla, contra el rey de Aragón.
La leyenda de esta historia cuenta, como Alfonso I el Batallador se presentó un día en Ávila, con la finalidad de llevarse a su hijastro Alfonso, no con muy buenas intenciones para el futuro rey. El rey de Aragón insistiendo que entregasen al Rey Niño, amenazó a la ciudad, ya que pensaba que le había ocurrido algo, pero los abulenses leales a su futuro rey, únicamente se lo mostrarían, desde lo alto de la catedral, que forma parte de la muralla. Para poder verlo, Alfonso el Batallador, tendría que acercarse cerca de la muralla, con el peligro que podría suponer para su vida, por lo que accedió a ello pero reclamó 60 rehenes, todos ellos caballeros, para así poder acercarse a las murallas y evitar cualquier ataque contra su vida, accediendo la gente de Ávila, a esta petición.
Alfonso I, se acercó a la muralla y vio que se trataba de su hijastro Alfonso y de que estaba bien por lo que marchó a las afueras de Ávila, pero como represalia a todo lo acontecido, mando quemar a los 70 caballeros en aceite, en un lugar llamado las 'Hervencias', actualmente zona urbanizada.
Cuando las tropas del rey de Aragón, marcharon de Ávila, un grupo de caballeros abulenses, dirigidas por Blasco Jimeno, intentaron vengarse por la atrocidad cometida y en un enfrentamiento entre ambos bandos en un lugar entre Fontiveros y Cantiveros, ocurrido en el año 1116, donde hay una cruz llamada “DEL RETO”, que simboliza dicha contienda, las tropas del Rey Alfonso, el Batallador, acabaron con la vida de los valientes caballeros abulenses.
Cuando falleció Doña Urraca, su hijo fue coronado rey de Castilla como Alfonso VII 'El Emperador' y agradeció a la Ciudad de Ávila, por la ayuda prestada, concediéndole el título de 'Ávila del Rey', título que aparece en el escudo de la ciudad, en el queda representado en el cimorro de la Catedral, un niño Rey en lo alto.
El título de 'Ávila de los Leales' fue otorgado por Alfonso VIII, en circunstancias similares. Se debió al apoyo de la ciudad al joven rey, donde permaneció refugiado desde los cinco años hasta los once, huyendo de la persecución de su tío Fernando II de León, en primer lugar a San Esteban de Gormaz, luego a Atienza y, finalmente a la susodicha ciudad de Ávila.
El último título, 'Ávila de los Caballeros', fue concedido por el monarca Alfonso X, el cual fue refugiado en Ávila cuando contaba con un solo año de edad, en esta ocasión en la catedral de la ciudad
La ciudad, que ha sido considerada tradicionalmente como ciudad de cantos y de santos, se llamó oficialmente Ávila de los Caballeros hasta el censo 1877, año en que aparece simplemente como Ávila.
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