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El botijo, ese antiguo objeto que es capaz de enfriar los líquidos de forma no contaminante y, muy importante, sin tener efecto sobre el recibo de la luz al no depender, para su funcionamiento, de ninguna conexión eléctrica. Es totalmente portátil (al contrario que un dispensador de agua o un frigorífico que necesitan conectarse a una toma eléctrica). La energía que necesita el botijo para funcionar la obtiene del Sol.

Pero, ... ¿Cómo funciona esta maravilla de la tecnología cumbre? Pues porque los botijos están fabricados de arcilla porosa, material que permite la filtración de una pequeña parte del líquido (normalmente agua) al exterior. Por otra parte el agua necesita energía para su evaporación, es decir, para pasar de estado líquido a estado gaseoso. La energía necesaria se toma del ambiente o de la propia agua, produciendo la bajada de la temperatura del agua que queda en el interior (hasta 10 ºC).

Este fenómeno de filtrado, evaporación y disminución de la temperatura es lo que se conoce como 'Efecto Botijo'. Podemos observar este efecto cuando en verano regamos las aceras para refrescar el ambiente, o cuando aplicamos compresas de agua fría para disminuir la temperatura que produce la fiebre (desaconsejado) o simplemente cuando sudamos, refrigerando así el cuerpo.

Es muy importante tener en cuenta al adquirir un botijo que, como he dicho, el efecto de enfriamiento se produce por la 'sudoración' del botijo, por lo que si los poros de la arcilla han sido tapados, bien porque se ha barnizado, bien porque se ha pintado, los poros habrán sido tapados, no dejarán escapar agua y no se producirá la posterior evaporación que producirá el enfriamiento. Un botijo así solo servirá de adorno.

Así pues, seamos sagaces y escojamos un botijo que “sude”. El término 'sude' está bien elegido, ya que el mecanismo por el cual enfría un botijo es el mismo que nos refresca a nosotros cuando 'sudamos' y nos ponemos en una corriente de aire.

El tema está más desarrollado a continuación, por lo que si te interesa sigue leyendo.

Partes de un Botijo.-

En la imagen a la derecha se indican las distintas partes que componen este ejemplo de la tecnología.

Es muy importante familiarizarse con ellas antes de seguir leyendo.

El material de fabricación. La arcilla porosa.-

Esta maravilla de la técnica se fabrica con arcilla porosa. Repito lo de 'porosa' pues en ello se basa el efecto refrigerador de este elemento. Comentaré que la técnica del uso de la arcilla cocida para crear utensilios y herramientas se remonta a Mesopotamia hace 5.500 años.

Los granos de la arcilla mezclados con agua forman un material blando y moldeable, al que se puede dar cualquier forma que deseemos. Cuando el objeto así creado se introduce en el horno para su cocción se pierde el agua y se vuelve duro.

Por lo general si la arcilla se cuece a temperaturas por debajo de los 1.000 grados, se conservan los huecos entre las partículas de la arcilla, y el botijo dispondrá de unos poros microscópicos, que al ser llenado dejarán escapar una pequeña cantidad de agua. Si por el contrario la arcilla se calienta demasiado, se funden algunos de los componentes y se crea un vidrio que sella los poros haciendo las paredes impermeables.

El Efecto Botijo.-

En el interior del botijo las moléculas de agua en estado líquido se mueven deslizándose unas sobre otras y chocando entre sí. En el interior del líquido estas están en contacto unas con otras, pero las que se encuentran en la superficie reciben de sus vecinas impulsos lo suficientemente fuertes como para escapar y mezclarse con el aire exterior. Así se forma una nubecilla de vapor de agua que en condiciones normales de presión y temperatura se mantiene cerca de la superficie líquida. Cada vez que una molécula escapa, el conjunto del líquido pierde energía de movimiento.

Entendamos mejor esto con un símil:

Supongamos que tenemos un montón de pelotas elásticas que botan y chocan unas con otras y extraemos las que se mueven más rápido, quedando las más lentas por lo que el conjunto será menos dinámico. Ese movimiento de las moléculas (en nuestro ejemplo, las pelotas) es lo que conocemos como 'calor'. Las moléculas (pelotas) más 'calientes' o con más energía son las que se mueven más rápido y por eso pueden escapar del líquido, mientras que se quedan las más lentas y frías, es decir, tienen menos energía.

Como se ha dicho, en la superficie se acumula una gran cantidad de moléculas en movimiento rápido, algunas de las cuales chocan de nuevo con la superficie, por lo que pierden velocidad o energía, y se reincorporan al líquido. Si el número de moléculas que abandonan el líquido es igual a las que vuelven a él nos encontramos en un estado de equilibrio y la temperatura del agua se mantiene constante. Cuando una pequeña corriente de aire arrastra el vapor, más moléculas escaparán del líquido y este se enfriará.

La superficie del botijo, favorece ese proceso. 'Suda', es decir se empapa de agua, de la que una parte de ella se evapora y al hacerlo va robando calor al agua líquida de la superficie. En un ambiente estanco, la superficie del botijo quedaría envuelta en una nube de vapor y se alcanzaría el equilibrio.

Ahora bien, si ponemos el botijo en una corriente de aire, una pequeña brisa basta para arrastrar el vapor que rodea a la vasija provocando que nuevas moléculas escapen del líquido que empapa la superficie y vengan a ocupar el lugar dejado por el vapor. En el proceso se va perdiendo agua líquida, que es reemplazada por la que se cuela por los poros. Así pues, mientras tenga agua, el botijo no deja de sudar. De esa manera, la superficie del botijo situado en una pequeña corriente de aire se irá enfriando y robando calor al agua que queda en el interior.

Lo anterior es válido cuando el ambiente es seco, pero supongamos que nos encontramos en un ambiente muy húmedo. Este exceso de humedad ambiental hace que se alcance con facilidad el equilibrio en la superficie del botijo, se detiene la evaporación neta y el agua no se enfría o lo hace muy poco.

El hecho de que el aire del ambiente debe ser muy seco es el motivo por el que el botijo funciona bien en verano en lugares en que la temperatura es muy alta y el ambiente seco. Pero enfría muy poco o no enfría si la región es húmeda.

De lo anterior se obtiene que la sudoración del botijo solo se produce en la superficie que está en contacto con el agua del interior, así pues, la cantidad de agua que contiene es fundamental y conviene ir rellenándolo a medida que se consume o se evapora. Otro factor es la forma de la vasija, cuanto más superficie de evaporación presente, mejor.

Adios al aire acondicionado.-

Las universidades de Sevilla, Málaga y Granada y la Politécnica Superior de Jaén han diseñado una vivienda, que se fundamenta en un 'efecto botijo' para conseguir la bajada de la temperatura de sus habitaciones.

Para mantener una adecuada aclimatación, sus creadores han simulado el efecto de un botijo en cada cuarto. Han recubierto la pared exterior con una cámara de aire cerámica, que tiene unos canales en su interior que produce un riego por goteo. La cerámica, cuando se humedece y transpira, enfría mucho la fachada.

Como en un botijo, la combinación agua y cerámica enfría la vivienda en verano. Y, en invierno, sin agua, la cerámica conserva el calor. Para ser sostenible, y no derrochar recursos naturales, el riego por goteo de una casa botijo reutiliza las llamadas aguas grises, como las sobrantes del lavado de los platos y la ropa.

Nevera solar.-

Desde hace años, en muchos lugares de Africa se ha extendido el uso de unas neveras solares, en donde no hay acceso a la electricidad. Su funcionamiento es prácticamente idéntico al del botijo. Por decirlo de alguna manera, estas neveras solares son dos botijos, uno dentro de otro, habiendo entre ellos un relleno de arena mojada.

El siguiente video trata sobre lo indicado anteriormente sobre el 'efecto botijo'.

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