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Era tal la sequía que estábamos padeciendo en los últimos dos años en España, y toda la gente quejándose de ellas, que, las nubes han terminado por enfadarse y, ... ha sido peor el remedio que la enfermedad. Y la peor parte se la ha llevado la costa del Mediterráneo donde, de golpe, se han abierto las compuertas del cielo.
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Pero qué episodio meteorológico estamos sufriendo, es una DANA o es una gota fría. Pues según escuché en una emisora de radio es una DANA, pues tiene lugar en primavera, ya que si hubiese ocurrido en verano sería una gota fría (será por lo de 'fría' como la cerveza). Pues ¡NO! Es lo mismo una DANA que una gota fría (independientemente de la estación).
El hecho es que coloquialmente en España se usa el término 'gota fría' al referirse a la drástica caída de temperaturas y fuertes lluvias que se producen en la costa, mientras que es más acertado meteorológicamente hablando el término DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos).
Así pues, la DANA o gota fría, es un fenómeno meteorológico en forma de masa de aire que se desprende por completo de una corriente muy fría y que desciende sobre otra de aire caliente produciendo grandes perturbaciones atmosféricas acompañadas de precipitaciones muy intensas. Las gotas frías pueden permanecer casi estacionarias durante días o, en ocasiones, pueden moverse hacia el oeste en dirección opuesta al flujo predominante en el aire (es decir, en retroceso).
En España, aparece cuando un frente de aire polar muy frío, una corriente en chorro, avanza lentamente sobre Europa Occidental, a gran altura (normalmente 5-9 km) y que, al chocar con el aire más cálido y húmedo del mar Mediterráneo, genera fuertes y dañinas tormentas.
(NOTA.- Pulsa sobre cualquier imagen para verla a mayor tamaño y con su pie de foto correspondiente.)
Como la 'gota fría' en el Mediterráneo, se refleja en el resto de la Península, en forma de borrasca, pues tendremos lluvia para rato, pero lloverá como debe de ser, es decir, suave pero persistentemente.
Así, está previsto que nos despidamos de la gota fría, este martes 5/11/2024. La DANA que nos ha dejado lluvias históricas, desaparecerá: no existirá ya a nivel atmosférico.
En las próximas horas una débil vaguada es la que seguirá dejando algunas lluvias y tormentas intensas, concentradas en el noreste del país. Los avisos rojos se desactivan ya en Barcelona (a donde se había desplazado la DANA desde la Comunidad Valenciana), tras una mañana muy complicada, con severas inundaciones en todo el litoral.
Después, finalizada la DANA, no dejará de llover en España. Sin embargo, el foco de las lluvias cambiará. La atención estará puesta en el oeste peninsular en el que se esperan lluvias con la llegada de los restos de una tormenta subtropical llamada Patty.
De todas formas, si la situación se complica, se dan algunos consejos, que aunque triviales, siempre conviene tener en mente:
- - No dejar nada en el porche, pues cualquier objeto puede ser arrastrado por lluvias o fuertes vientos y provocar accidentes.
- - Asegurar las ventanas y retirar las macetas. Asegurar las ventanas para que no se produzcan daños en el interior y retirar las macetas o cualquier otro objeto que tengamos en el alféizar, para evitar que puedan caer a la calle y provocar un accidente.
- - Evitar a toda costa atravesar tramos inundados pues la fuerza del agua podría arrastrarte a ti o a tu vehículo.
- - Evitar ir pegado a las paredes si hay fuertes vientos, ya que cornisas o cualquier otro objeto pueden caer sobre ti (ojo también con los árboles).
- - Y en general aléjate de aquellos lugares en que estés solo o haya árboles. Vuelve a casa o si esta está lejos, busca refugio.
Si te interesa este tema, a continuación está más ampliado. Sigue leyendo.
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DANA y Gota fría.-
Como ya he indicado DANA y Gota fría se refieren exactamente al mismo fenómeno. La diferencia está en que mientras que 'Gota fría' se usa coloquialmente y está muy arraigado en la terminología popular para referirse a situaciones de lluvias fuertes y dañinas (incluso a que no sea originadas por una DANA), es decir, nos referimos por 'Gota fría' a todo fenómeno que motiva grandes precipitaciones con daños materiales (para llover es necesario que el ambiente sea húmedo).
Con 'Gota fría' nos referimos a una alta inestabilidad atmosférica, en resumen, que el término 'Gota fría' es, conceptualmente, una perturbación o ente 'comodín'. Es más, muchas situaciones de 'Gota fría' no llevan asociadas lluvias intensas y catastróficas y pueden estar ligados a otro tipo de fenomenología distinta.
El término 'DANA' es más restringido. Una DANA es un sistema de bajas presiones que se manifiesta sobre todo en capas medias y altas de la troposfera. ¡Si, lo entiendo! Que parece que hablo en chino. Voy a tratar de hacerlo tan entendible como me sea posible.
Pensemos en el chorro polar que es una corriente de vientos muy intensos y de gran velocidad (entre 150 y 300 kilómetros por hora) que circula en la parte alta de la atmósfera (a unos 9.000 metros de altitud) y cuyo recorrido gira en torno al Polo Norte y de Oeste a Este (de América a Europa y Asia).
A menudo, el chorro polar se ondula, y la ondulación en ocasiones es tan intensa que la propia onda queda estrangulada y desgajada del chorro polar: en ese momento queda una especie de gran bolsa de aire frío rodeada por aire más cálido y ya tenemos la DANA.
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Por tanto, una DANA se forma al desgajarse de la corriente en chorro una zona con aire frío rodeada de aire más cálido (por ejemplo, el del Mediterráneo).
Las DANAs son cada vez más frecuentes e intensas en la costa mediterránea, lo que se debe al cambio climático, porque nos estamos tropicalizando y las masas de aire cada vez son más calientes. Además, la orografía de España es bastante desértica, habiendo poca vegetación, por lo que las escorrentías y las inundaciones son graves. Las precipitaciones son cada vez más cortas en el tiempo, pero más torrenciales.
Precipitación ¿Cuándo es poco y cuándo es mucho?-
Lo que hay a continuación es una breve guía para entender mejor las previsiones de precipitación y saber cuándo la precipitación será alta o no.
El primer problema que encontramos al hablar de precipitación son las las unidades. Por qué a veces oímos hablar de milímetros y otras de litros por metro cuadrado. ¿En qué se diferencian estas unidades? La realidad es que ambas medidas son equivalentes. Un litro de agua por metro cuadrado es igual a un milímetro de lluvia.
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Para poder visualizar la medida de un litro por metro cuadrado necesitaríamos tener en cuenta la cantidad de agua que entra en una superficie de un metro cuadrado. Un milímetro en esta gran cubeta de 1 metro por 1 metro es igual a un milímetro en un pequeño recipiente. Por eso para medir la precipitación se utilizan pequeños instrumentos, no mucho más grandes que una botella de agua de un litro. Estos instrumentos que se utilizan para medir la precipitación son los pluviómetros.
Para valorar la precipitación lo que se suele tener en cuenta es la intensidad con la que cae: cuánta lluvia se acumula en una hora o en 12 horas. Por ejemplo, una precipitación menor de 2mm por hora es una lluvia débil, apenas nada.
Entre 2 mm y 15 mm a la hora se considera que la precipitación es de intensidad moderada y a partir de 15 mm/hora es cuando se empieza a considerar que puede haber algún riesgo. Entre 15 y 30 mm a la hora la lluvia se clasifica como fuerte, muy fuerte entre los 30 y los 60 mm/hora y partir de 60 mm/hora la precipitación será torrencial.
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¿Cómo interpretamos el pronóstico?
¿Qué tenemos que mirar al visitar una web o aplicación del tiempo? Supongamos que la aplicación nos indica que hoy lloverá 10 mm. ¿Es poco o mucho? Si cae todo en una hora o un par horas puede llegar a ser una lluvia intensa. Por eso, para valorarlo, el siguiente paso es revisar la previsión por horas. Es posible que la precipitación esté repartida durante el día, incluso que caiga durante la noche y no nos llegue a afectar.
Sí vemos que la precipitación está repartida en 20 horas y que cada hora la precipitación no es superior a los 0.5 mm, como máximo, la precipitación será débil, no hay riesgo, aunque sí nos mojaríamos. En cambio, si se nos muestra una precipitación de 55 mm, sí que es mucho, aunque no caiga todo de golpe. Seguramente los avisos por precipitación estarán activados.
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¿Cuándo puede ser peligrosa la precipitación?
AEMET clasifica el riesgo en función de la intensidad. Los avisos amarillos se lanzan cuando se prevén precipitaciones superiores a los 15 mílimetros por hora, excepto en la costa mediterránea y las Islas Baleares, donde la lluvia tiene que ser superior a 20 milímetros por hora para que se active el aviso amarillo. Estas diferencias se deben a la distinción entre zonas para fijar los avisos.
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¿Cómo de seguro es que mañana llueva?
Finalmente, debemos tener en cuenta la probabilidad de que llueva. Los pronósticos suponen una predicción de eventos inciertos. La probabilidad nos permite expresar esa incertidumbre en una escala numérica, que va del 0% al 100%. A los eventos imposibles se les da una probabilidad del 0% y aquellos que ocurrirán sin ninguna duda tienen una probabilidad del 100% de suceder.
Los días que puede o no llover se valores intermedios. Si es tan probable que ocurra como que no la probabilidad será del 50%, la misma probabilidad de que al lanzar la moneda nos salga cara o cruz. En cambio, si es bastante posible que llueva, la probabilidad podría ser de un 95%.
Por tanto, si el pronóstico nos dice que la probabilidad de que llueva mañana en nuestra ciudad es del 70%, no dice que lloverá en el 70% de la ciudad, y que no lloverá en el otro 30%. Tampoco nos está diciendo que lloverá el 70% del tiempo. Lo que nos está diciendo es que hay un 70% de probabilidad de que llueva. Si al final no llueve significa que ha ocurrido lo menos probable, pero aun así plausible: que no llueva.
Y por último, recordar que la fiabilidad de la predicciones es mejor cuanto más corto sea el plazo.
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En el siguiente vídeo se define lo que es una DANA y se indican las zonas en que son de más probable aparición.
Los efectos del cambio climático.-
Como ya se ha indicado, una DANA o gota fría se forma cuando el aire frío desciende a las cálidas aguas del mar y se carga de agua, formando nubes de lluvia intensa; nubes que, al llegar a la costa, descargan en increíbles precipitaciones, que producen terribles inundaciones.
El levante español es un clima excepcionalmente violento. El aire frío viaja sobre las aguas cálidas del mar Mediterráneo y forma nubes de lluvia intensa, nubes que al alcanzar la tierra descargan en forma de lluvias torrenciales. Así, en este año de 2024, en la Comunidad Valenciana, al este del país, se registraron cerca de 500 litros de lluvia por metro cuadrado, debido a las nubes formadas por un aire frío viajando sobre un mar Mediterráneo particularmente caliente.
Aunque los científicos son reacios a señalar que algún evento extremo del clima tiene que ver con el calentamiento global, lo cierto es que el cambio climático ha incrementado la temperatura de los mares y en especialmente las del mar Mediterráneo. Es por lo que las terribles lluvias que se produjeron en España a partir del miércoles 30 de octubre se han intensificado por el cambio climático.
Así, con cada fracción de grado de calentamiento causada por los combustibles fósiles, la atmósfera puede retener más humedad, lo que provoca ráfagas de lluvias más intensas, por lo que la cantidad de lluvia que transportaban las nubes se había incrementado en un 7% por cada grado centígrado de calentamiento, debido al cambio climático.
Además, cuando la lluvia comienza a precipitarse, lo hace con mayor intensidad sobre suelos que no son más capaces de absorber altos niveles de agua. El cambio climático hace que estemos sufriendo veranos más calurosos que resultan en terrenos más secos reducir su capacidad para absorber agua.
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En el Levante español, existe un factor agravante, y es que está cubierto de muchas zonas donde los espacios naturales han dado paso a hormigón impermeable. Este desarrollo urbanístico es descontrolado y mal adaptado a las características naturales del territorio, lo que amplifica el peligro de tormentas potentes.
Además, un problema que las últimas inundaciones en España han puesto de relieve es la incapacidad de la infraestructura moderna para hacer frente a inundaciones extremas, nuestras carreteras, puentes y calles están construidas para hacer frente al clima del siglo pasado, no al que tenemos ahora.
Las últimas lluvias torrenciales en el Levante español, comenzaron el miércoles 30 de octubre, y se prolongaron durante toda la semana. Esto complicó los trabajos de rescate, mientras que hacía temer a los voluntarios que realizaban las labores de salvamento, que se produjera un segundo episodio. Esto se debía a que la tormenta avanzaba muy lentamente.
Existe cierto debate entre los científicos sobre si un mundo más cálido hace que estas tormentas se muevan de forma más lenta, lo que aumentaría la cantidad de lluvia que producen. Los científicos dijeron que la amenaza de las tormentas que avanzan lentamente se había hecho dos veces más probable debido al cambio climático. Aunque los meteorólogos indican que predecir el movimiento, la velocidad y la intensidad de una tormenta es un poco complejo.
También el cambio climático está tras el aumento de la frecuencia y voracidad de las gotas frias, ya que mientras que hace unos años estos fenómenos ocurrían de manera ocasional, cada vez se han vuelto más frecuentes, poniendo de relieve que la acción del hombre y el cambio climático están detrás de ellos, y es el Mediterráneo junto al Ártico, una de las zonas del mundo donde el cambio climático se está manifestando con especial intensidad.
El aumento superior de la temperatura del mar Mediterráneo respecto a la media mundial, hace que se estén alterando la frecuencia de eventos como las DANAS.
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En el siguiente vídeo la presidenta de la Comisión Europea Ursula Von der Leyen trata sobre el desastre en Valencia, y se pregunta si ¿es el cambio climático la causa única de la dana?
Para Von der Leyen, la causa de lo ocurrido en España con la dana, es causa del cambio climático. Sin embargo, las danas llevan ocurriendo todos estos años. Sin embargo, antes se llamaba gota fría, ahora parece que se llama dana, que es algo nuevo y que es causado por el cambio climático. Marc Vidal, también apunta en su Twitter: "Algunas personas que vivieron otras catástrofes en el Levante español, aseguran que la de ayer (miércoles 30 de octubre de 2024) fue la peor de todas las que han visto. Antes se llamaban 'gota fría' y siempre por estas fechas, se mostró devastadora".
Pone como ejemplos las siguientes riadas e inundaciones en la zona: Riada de Santa Teresa - (5 de octubre de 1879); Riada de San Francisco (4 de octubre de 1897); Riada de San Carlos (4 de noviembre de 1949); Riada de San Calixto (14 de octubre de 1957); Riada de la Virgen del Pilar (12 de octubre de 1962); Inundaciones de Alicante - (Fecha: 4 de noviembre de 1972); La Riada de Alicante - (19-20 de octubre de 1982); La Pantanada de Tous - (20 de octubre de 1982); Riada en Alicante - (20 de octubre de 1987); Inundaciones de 1997 (30 de septiembre de 1997).
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Aumento de la frecuencia y virulencia de las catástrofes naturales.-
El cambio climático y los fenómenos meteorológicos cada vez más extremos, han provocado un aumento de las catástrofes naturales en los últimos 50 años, quintuplicando esas e impactando de forma desproporcionada en los países más pobres.
Pero las noticias no son del todo malas. Gracias a la mejora de los sistemas de alerta temprana y de la gestión de catástrofes, el número de muertes se redujo casi tres veces entre 1970 y 2019, pasando de 50.000 en la década de 1970 a menos de 20.000 en la de 2010.
El aumento del vapor de agua en la atmósfera ha exacerbado las precipitaciones extremas y las inundaciones, y el calentamiento de los océanos ha afectado a la frecuencia y extensión de las tormentas tropicales más intensas.
El cambio climático también ha exacerbado los fenómenos extremos asociados a algunos ciclones tropicales, lo que ha aumentado la intensidad de otros fenómenos extremos como las inundaciones y los impactos asociados a ellas. Esto ha aumentado la vulnerabilidad de las megaciudades, deltas, costas e islas de baja altitud en muchas partes del mundo.
Un número cada vez mayor de estudios constata que la influencia humana exacerba los fenómenos pluviométricos extremos, a veces junto con otras influencias climáticas importantes.
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